Yucatán significa literalmente “no soy de aquí”, y fueron las palabras que les contestó un indígena maya a los españoles que le preguntaron cómo se llamaba esa población.
La blanca Mérida, capital de Yucatán
Mérida, su capital, es una ciudad que durante una época tuvo mucha opulencia, gracias al cultivo del henequén. De esta planta se extraían sus fibras para la fabricación de sogas que eran utilizadas en todo el mundo, en los barcos, la industria y la vida cotidiana.
Hoy esas reminiscencias se pueden observar en el Paseo Montejo. Con grandes casas de estilo europeo, entre las que sobresale la Casa de Montejo, construida en el siglo XVI por Francisco de Montejo, conquistador de Yucatán, hoy convertida en museo.
En el centro de la Ciudad, en los portales, puedes deleitarte con alguno de los platillos de la cocina yucateca, como los papadzules, el faisán en mole, queso relleno, o unos huevos motuleños, mientras te deleitas con la vista de la fachada de la catedral dedicada a San Ildefonso, con una arquitectura renacentista, que fue la primer catedral construida en el continente americano.
El mundo maya
Cerca de la ciudad, se ubican varias zonas arqueológicas, como Dzibilchaltún, a 17 kilómetros al norte. En este lugar, durante el equinoccio de primavera y otoño, la salida del sol se alinea perfectamente por las ventanas de “la casa de las 7 muñecas” –conocido también como el templo del sol–, iluminando todo el interior del templo y dando una sensación de grandeza. Junto a la zona arqueológica está un cenote de aguas cristalinas.
Pero si de sitios arqueológicos hablamos, Chichén Itzá es espectacular, con la pirámide de Kukulcán, que durante el equinoccio, logra un juego de luces y sombras con los rayos del sol, dando la apariencia de que el Dios Kukulcán, en forma de serpiente baja desde la punta de la pirámide hasta el suelo.
También están otras sorprendentes edificaciones, como El Observatorio y el templo de las mil columnas, así como un impresionante cenote sagrado. Un recorrido que necesita de un día completo para apreciarlo en su totalidad.
Y qué decir de Uxmal, otra zona arqueológica de Yucatán, que con sus arcos mayas y el famoso cuadrángulo de las monjas, un edificio con arquitectura parecida a los conventos europeos, maravilla a sus visitantes.
Para quienes les gustan los pueblos coloniales, Yucatán tiene en Izamal y Valladolid, dos pueblos con gran encanto. En el convento de Izamal, durante el siglo XX, se desarrolló una misa oficiada por el Papa Juan Pablo II.
En Celestún, un santuario para la vida silvestre, se pueden admirar decenas de miles de flamingos rosados en su hábitat natural, con paisajes de una belleza indescriptible.
Invitamos al lector a que siga descubriendo en esta página, todas las bellezas y sitios turísticos que Yucatán les ofrece en su visita a este rincón del México mágico.