El Museo Nacional de Antropología fue inaugurado en 1964 y diseñado por el afamado arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez. Él también realizó otros edificios monumentales, como el histórico Estadio Azteca y los inmuebles que albergaron las Olimpiadas de México en 1968.
El edificio alberga la colección más grande de objetos precolombinos descubiertos en México y goza de gran fama a nivel mundial.
Al iniciar nuestro recorrido nos encontramos con un patio central cubierto por un gran techo de aluminio y cemento, de 84 metros de largo, sostenido por una sola columna. Es seguramente la estructura de hormigón más grande del mundo apoyada en un solo punto.
Está dividido en dos pisos, el primer piso está dedicado a los hallazgos arqueológicos del México antiguo y contiene salas de cada una de las civilizaciones que se desarrollaron en nuestro territorio, como la Azteca, la Olmeca, la Maya, etc.
El segundo piso alberga las colecciones etnográficas de 56 etnias que aún perviven en México, como atuendos, casas y enseres.
El museo Nacional de Antropología, un orgullo de México
En el exterior, domina el paisaje la impresionante estatua gigante del Dios Tláloc, dios de la lluvia. Este monolito fue encontrado en el Estado de México y el día la que lo trasladaron a su sitio actual, cayó en la Ciudad de México un auténtico diluvio.
Son 12 las salas del Museo Nacional de Antropología que se acceden desde el patio central. Las siete primeras salas están dispuestas en orden cronológico, abordan la historia de la meseta central. Las otras cinco son las diversas regiones de México.
De las salas dispuestas en orden cronológico, las tres primeras salas nos ofrecen un bosquejo de la evolución histórica de Mesoamérica. Era una región que comprendía desde el actual norte de México, hasta la Honduras y El Salvador, en Centroamérica.
También nos muestra un resumen de los orígenes prehistóricos de las culturas indígenas mesoamericanas con lo que nos podemos contextualizar en el resto del paseo por el museo.
Teotihuacán
La sala de Teotihuacán, que los antiguos consideraron el lugar donde los hombres se convirtieron en Dioses, nos ofrece un panorama muy completo de la cultura que dominó el periodo clásico en Mesoamérica. La sala es presidida por una enorme estatua de piedra con la figura de Chalchiuhtlicue, la diosa del agua. En la pared principal, está una representación de la fachada del templo de Quetzalcóatl, con los tonos rojos y azules que originalmente tenía.
Las paredes laterales están adornadas de murales sobre la vida de Teotihuacán.
Se exhiben piezas muy valiosas, entre ellas un amplio grupo de cerámicas para uso doméstico, estatuillas y máscaras funerarias con excelente talla en piedra y obsidiana. La cultura teotihuacana alcanzó su máximo esplendor entre el 100 a.C. y el 800 d.C.
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Los Toltecas
Con el declive de Teotihuacán, fueron surgiendo otras ciudades en la meseta, en particular en Tula, cuyos fundadores fueron los chichimecas que venía del norte, y que adoptaron el nombre de Toltecas, que significa “artistas” y pronto ganaron fama por ser expertos en el arte de la guerra. La pieza más llamativa de la sala Tolteca en el Museo Nacional de Antropología, es un enorme guerrero de piedra de los denominados atlantes, que normalmente eran utilizados como columnas en sus templos.
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La sala tolteca guarda también piezas de otras ciudades como Xochicalco que se ubica en el actual estado de Morelos, aunque es más bien contemporánea de Teotihuacán. Sobresalen tallas dedicadas al dios Quetzalcóatl y una estilizada cabeza de Guacamaya que quizá servía como marcador en el juego de pelota.
En una fotografía monumental se puede apreciar el famoso friso de Xochicalco, con la serpiente emplumada que rodea la base del templo de Quetzalcóatl y cuyo grabado es hoy utilizado para decorar las actas de nacimiento de todos los mexicanos.
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Oaxaca
Esta sala es la primera dedicada a las regiones de México y en ella se exponen objetos de los dos grandes pueblos de Oaxaca: Los zapotecos, constructores de Monte Albán y sus vecinos y sucesores, los Mixtecos, autores de los frisos de piedra de Mitla.
Aquí podrá admirar cerámicas policromadas de ambas culturas, y en el jardín, la reconstrucción de una tumba de Monte Albán. Ambos pueblos destacaron en el arte de la joyería cuyo arte se puede admirar en esta sala.
Golfo de México
Entre las piezas más espectaculares del museo, figuran las colosales cabezas de la cultura Olmeca que floreció entre los años 1200 a.C. y 600 a.C.
Los olmecas crearon también esculturas de cabezas más pequeñas pero igualmente notables y figuras en piedra de diversas clases, la mayoría con los rasgos típicos de este grupo étnico, rostro ancho, nariz achatada y labios gruesos.
Los olmecas comparten esta sala con los totonacas del centro de Veracruz y los huastecos de la zona norte del Golfo.
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Los Mayas
Entre las joyas de la sala maya se encuentras las estelas de Yaxchilán, antigua ciudad maya ubicada en la frontera entre Guatemala y México. Así como los dinteles de del periodo clásico y la cabeza tallada encontrada en Palenque.
También es posible visitar una pequeña cámara subterránea, representación de la tumba real de Pakal, gobernante de Palenque.
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Norte y Oeste de México
Paquimé es la más relevante de las culturas del norte de México, con sus objetos decorados con motivos geométricos, superficies pulimentadas y adornos de cobre y turquesa que poseen una particular elegancia.
La sala contiene también trabajos de metal y maquetas de las singulares viviendas de adobe de Casas Grandes, ubicadas en el actual estado de Chihuahua.
En pleno apogeo de los Aztecas, también se desarrolló la cultura tarasca, en lo que hoy es el estado de Michoacán. Conocidos también como Purépechas, al permanecer independientes del imperio azteca, pudieron desarrollar su propia tradición artística.
Esta sala contiene cerámicas y metales aplicados en joyas y utensilios, al ser de los primeros pueblos en la región en incorporar oro, plata y cobre en sus creaciones.
Otras piezas de interés son la alfarería de Colima y la cerámica de esmalte alveolado, en la que se emplea arcilla de diferentes colores.
La sala Azteca del Museo Nacional de Antropología
Es la mayor sala del Museo, en ella se exponen los tesoros de la cultura mexica, más conocida como azteca.
Cuando llegó Cortés a México, ellos dominaban la mayor parte del territorio actual.
En la entrada se encuentran varias esculturas de gran tamaño, como la estatua de Coatlicue, madre de Coyolxauhqui y Huitzilopochtli.
Hay también una representación en pequeña escala de un teocalli o templo, y un tzompantli, el altar de cráneos del templo mayor. En la pared principal de la sala una de las creaciones aztecas más conocidas, la Piedra del Sol, conocido también como el calendario azteca.
Existen muchas más cosas que conocer en el Museo Nacional de Antropología, por lo que recomendamos que disponga al menos de un día completo para poder conocerlo a fondo.
