El Museo Nacional de Arte fue creado en 1982 y ubicado en uno de los edificios más bellos de la ciudad. Imponente edificio de arquitectura neoclásica que fue terminado en 1912 como sede del Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas.
Una ventana semicircular de tres plantas enmarca la escalera doble, fabricada en bronce y mármol. El interior, con sus forjados y candelabros, resulta suntuoso.
Las galerías del museo abarcan el arte mexicano desde el siglo XVI hasta 1954. La colección incluye grabados comerciales, dibujos políticos, arte popular y pinturas.
Gran parte de la colección de arte religioso, que data desde el siglo XVI, resultó de las confiscaciones que siguieron a las leyes de la reforma anticlerical del siglo XIX.
Cuenta con obras de los tres más grandes muralistas mexicanos: José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. Estos tres grandes maestros hicieron la mayor parte de su obra en la primera mitad del siglo XX.
Las paisajes de Velasco en el Museo Nacional de Arte
Entre las piezas más notables, se encuentran los paisajes del pintor del siglo XIX José María Velazco, sin lugar a dudas, el paisajista más importante que ha nacido en México. Sus obras son consideradas desde mediados del siglo XX, como patrimonio nacional.
En la sala de retratos puede admirarse uno de la coleccionista María Asúnsolo firmado por David Alfaro Siqueiros.
Te puede interesar:
Un paseo por Toluca, la capital del Estado de México
San Cristóbal de lcas Casas, ciudad colonial en Chiapas
Delante del mismo museo se abre la plaza de Manuel Tolsá, donde se alza uno de los monumentos más queridos de la ciudad: El Caballito, que pese al diminutivo, es una enorme estatua ecuestre de Carlos IV, cincelada en 1802 por el escultor que le da nombre a la plaza.
En la década pasada, contratistas del gobierno federal que tenían la misión de limpiar la estatua ecuestre, realizaron una pésima intervención, causando enormes daños a la escultura, que requirió de muchos meses de restauración, ahora sí, realizada por expertos.
