Papantla es una población totonaca al norte de Veracruz, a 270 kilómetros de su capital. Desde tiempos ancestrales sus pobladores realizan una ceremonia llamada los voladores de Papantla, que ha traspasado sus fronteras y hoy es una de las danzas que caracterizan a todo el País ante los ojos del mundo entero.
Según la leyenda totonaca, los dioses dijeron a los hombres: “Bailen, nosotros observaremos”. Los hombres-pájaro o “voladores” son una tradición mexicana consistente en una danza espectacular para agradar a los Dioses.
Se desarrolla cuando cinco hombres suben a lo alto de un poste de alrededor de 30 metros de altura. Mientras uno de ellos toca el tambor y la flauta sobre una pequeña plataforma, los otros cuatro, amarrados de los pies “vuelan” hacia el piso dando giros alrededor del poste.
La flauta representa el canto de las aves y el tambor representa la voz de Dios. Esta danza es también un símbolo de los cuatro puntos cardinales (la plataforma de cuatro lados y los cuatro voladores). El volador principal, el músico, baila en la parte superior del poste y gira hacia los cuatro puntos cardinales, comenzando por el Oriente pues es ahí donde se origina la vida, donde nace el sol.
Cada volador rodea 13 veces el poste, lo que nos da un total de 52 giros, que simbolizan los 52 años del calendario mesoamericano. El poste central representa la conexión entre la tierra, los cielos y el inframundo.
La vestimenta de los voladores de Papantla
Los voladores llevan un vistoso pantalón generalmente de color rojo con franjas de colores en los pies y camisa blanca. Tienen un bello peto de terciopelo, decorado con cuentas y lentejuelas con diversos motivos, como flores o diseños prehispánicos. Los tocados o sombreros, se adornan con espejos y flores de plástico.
Los voladores se presentan durante las fiestas de primavera Cumbre Tajín, en la zona arqueológica de El Tajín, a unos minutos de Papantla.
Hoy también es posible admirar a los voladores de Papantla, en diversas ciudades turísticas, como en Playa del Carmen, en Quintana Roo, donde cada fin de semana dan espectáculos vespertinos y nocturnos. Lo mismo sucede en el parque Xcaret en Cancún y en Puerto Vallarta, Jalisco.