La Casa de los Azulejos está ubicada en la calle de Madero número 4, en el centro histórico de la Ciudad de México.
Esta casa del siglo XVI, fue el Palacio de los Condes de Orizaba. En 1837, el exterior fue cubierto por azulejos de color azul y blanco por órdenes de la quinta condesa, que había vivido en la ciudad de Puebla, de donde copió el estilo decorativo.
Luego de la independencia de México, fue residencia de la familia Yturbe Idaroff., quienes la vendieron en 1881, para convertirse en la sede del conocido Jockey Club de México, y posteriormente y por un breve periodo fue la Casa del Obrero Mundial.
La Casa de los Azulejos se convierte en Sanborns a principios del siglo XX
A principios del siglo XX, la propiedad fue adquirida para instalar ahí, los llamados Almacenes Sanborns.
Hoy el edificio de una arquitectura barroca novohispana, es ocupado por el Restaurante Sanborns, además de contar con su característica tienda. Ha sido espléndidamente restaurado, conservando gran parte de su fisonomía original.
La escalera principal fue decorada también con azulejos. En el primer rellano, se puede disfrutar de un mural de José Clemente Orozco, titulado “Omnisciencia”, pintado en 1925 por el ilustre muralista mexicano.
En la planta alta son notables los espejos, cuyos laboriosos marcos de oro ostentan figuras de ángeles y querubines.
Durante la época de la Revolución, específicamente en la toma de la ciudad de México en diciembre de 1914, ocurrió una curiosa anécdota. Por esta calle ingresaron los zapatistas con rumbo al zócalo y el Palacio Nacional y decidieron desayunar en el Sanborns. Los empleados temerosos sirvieron todo lo que les pidieron, pensando que si no lo hacían habría graves consecuencias, además de que se irían sin pagar. Pero al terminar de desayunar, puntualmente cada zapatista que desayunó, pagó por el servicio recibido.
Al otro lado de la calle está la iglesia de San Francisco con una fachada churrigueresca. En su tiempo formó parte del mayor convento de la nueva España, construido sobre el zoológico del emperador Moctezuma, para visitarlo, se entra por la calle de Balvanera.