“A ejemplo de mi madre la profesora María Patiño Suárez Viuda de Olmedo, quien siempre me dijo: todo lo que tengas, compártelo con tus semejantes. Dejo esta casa con todas mis colecciones de arte, producto del trabajo de toda mi vida para el disfrute del pueblo de México”.
Dolores Olmedo Patiño
Esta es la leyenda con la que Lola Olmedo, como la conocían sus amigos, quiso dar la bienvenida a todo aquel que visita el Museo que lleva su nombre. La huella de Dolores Olmedo está siempre presente en su casa, que ahora se ha convertido en museo. La casa erigida en medio de un extraordinario jardín, apacible y majestuoso, donde los pavorreales pasean, fue construida al final del Siglo XVI.
En su entrada un primer edificio nos da la bienvenida con su tienda divertida y sus exposiciones temporales. Para llegar a la construcción original atravesamos el famoso jardín con sus cactáceas gigantescas. Detrás del portal hay un patio soleado y agradable, que alberga exposiciones de escultores.
Entramos en el ámbito de la mujer más sofisticada de su tiempo. La primera sala nos da una muy buena idea de quién era Dolores Olmedo Patiño. Los techos son altos, las proporciones aristócratas, la decoración sencilla y elegante y por supuesto exhibe algunos de los cuadros más asombrosos que tiene México.
Somos directamente atraídos por su gran retrato de pie hecho por Diego Rivera. Donde Dolores aparece en un vestido de tehuana, alegre, viva y parece querer salir del cuadro para darnos la bienvenida.
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La creatividad de Diego Rivera en el Museo Dolores Olmedo
En esta casa se resume la fuerza creativa de Diego Rivera, la elegancia del mundo de la segunda parte del Siglo XX y la libertad de reunir colecciones muy diferentes, desde los xoloitzcuintles prehispánicos de terracota hasta la platería de Maximiliano, todo el arte mexicano está reunido como con una varita mágica.
Existen muchos tesoros en este museo, como la pintura “El matemático”, elaborado por Diego Rivera en 1918 en su época de cubista, no se puede apreciar completamente sin ver el pequeñito dibujo que le acompaña del otro lado de la puerta, con todas las explicaciones de construcción que tiene el cuadro.
Entrando en el museo Dolores Olmedo, entramos en la intimidad de su familia, con los maravillosos cuadros de sus hijos y de su hija Irene. Otro tesoro menos conocido es la litografía que hizo Diego Rivera para el primer aniversario de la muerte de Frida Kalho. Un retrato con toda la ternura, admiración, y el amor que tenía Diego por Frida.
La colección de retratos de Frida Kalho que tiene el museo Dolores Olmedo es muy interesante, como ejemplo está el “Autorretrato con changuito” de 1945, en el cuadro figura el mono Fulang Chang, mascota de la pareja y también el señor Xolotl que era tan querido por Frida.
Sin duda una visita al Museo Dolores Olmedo, le darán un viaje por el pasado reciente del México del siglo XX.
Museo Dolores Olmedo
Av. México 5843, La Noria, Xochimilco, Ciudad de México.