Una de las historias sobre el origen de la torta de tamal, conocida en la ciudad de México como Guajolota, se remonta a mediados del siglo XX.
El mundo estaba en guerra, era el año de 1945 y en México había escasez de café, llantas y medias, hasta ahí los efectos de la guerra.
En el centro de la ciudad, se reunían para trabajar en lo que se pudiera, desde cargadores, hasta cuida coches o boleros, decenas de jovencitos.
Con el producto de sus ganancias, satisfacían sus dos necesidades básicas: comer y beber, y vaya que bebían.
Uno de ellos que era apodado “El Tlacuache”, salió un buen día de la cantina “La antigua Roma” y se dirigió al callejón de “La Amargura” llevaba bajo el brazo una bolsa con bolillos para compartir con la palomilla que se reunía en la plaza Garibaldi, para “darse el bajón”, es decir, comer algo después de beber tanto.
El Tlacuache era diablero del barrio de “la Merced”, y sabía que a esas horas de la tarde, cuando ya no había botana en las pulquerías, un bolillo con salsa hacia más leve la jornada.
El origen de la guajolota
Ya en el callejón se encontró con su comadre, “La Guajolota” que consiguió además de la salsa que le regaló “el güero” de los tacos, unos tamales fritos bien crujientes que compró en la esquina.
La palomilla era bien compartida, eso La Guajolota lo sabía mejor que nadie, y ahí es el momento preciso. El Tlacuache abrió con sus propias manos un bolillo, empujó el migajón con sus dedos para hacerle un huequito a un tamal de La Guajolota, y sin saberlo, nació un nuevo platillo, combinación de dos alimentos: la torta de tamal.
Cuando la vendedora de tamales fritos le preguntó al Tlacuache ¿qué comes? él simplemente respondió; una guajolota, mirando de reojo a la comadre.
Es fácil imaginarse el resto de la historia, los días siguientes las “tamaleras” ya tenían a la venta “las guajolotas”, en la plaza Garibaldi.
Hoy las guajolotas forman parte del desayuno o merienda de miles de mexicanos, que las comen junto con un buen atole champurrado.
Otras versiones sobre el origen
Existen otras versiones sobre el origen de la popular guajolota, como la que documenta el historiador José Iturriaga, que indica que este platillo es originario de Puebla. Originalmente con una enchilada dentro de un bolillo.
También existe la versión de que fue originaria de Tulancingo, en Hidalgo. Unos ingenieros tuvieron que ir a instalar la energía eléctrica para las fiestas decembrinas. Terminaron tarde y al acercarse a un puesto de comida, la dueña les indicó que únicamente podría ofrecerles una enchilada dentro de un pan.
Los ingenieros al ver esto, empezaron a bromear, diciendo que esa navidad, ese sería su guajolote o pavo, su cena navideña.
Tiempo después una joven instaló un puesto en Tulancingo, ofertando reste tipo de tortas, llamándolas guajolotes.
Cualquiera que será el origen, lo cierto es que las tradicionales guajolotas, es uno de los desayunos más socorridos en la ciudad de México.
Con información de: @Historia, Cultura y Tradiciones de México